COLOMBIA, SIN SECUESTROS NI SECUESTRADOS. JUAN DE ACOSTA ES BIEN

Copyright. Dcoronell © 2007 Colombia
 

                    A LA ALTURA DE SU SITUACIÓN GEOGRÁFICA

Piojó, municipio del Atlántico, situado a más de 500 metros de altura sobre el nivel del mar, lo mas alto que exite en el departamento, es por excelencia un pueblo pacífico pero celoso de su dignidad y sus costumbres.

La Iglesia San Antonio, parece estar esperando el regreso de los centenares de piojoneros que han dejado el pueblo en busca de mejores horizontes y que siempre vuelven porque la tierra de donde uno es nunca se puede olvidar.  

La falta de oportunidades y las dificultades de acceso llevaron a que numerosas familias emigraran especialmente para la ciudad de Barranquilla y para los municipios de Soledad y Baranoa. A pesar de Juan de Acosta estar más cerca, la rivalidad y el celo propio de dos pueblos vecinos no le permite a un piojonero radicarse en este Municipio, sin embargo, varios han sido los costeros que han organizado su vida en Piojó y les ha ido muy bien.

Puerta de entrada al palaciuo Municipal de Piojó. El actual Alcalde de Piojó se llama Wilmer Jiménez Torregroza. El nuevo alcalde, electo para el período 2008 - 2011, se llama William Jiménez.

La quebrada geografía del área urbana y su arborización, hace dificil tomar panorámicas del pueblo desde tierra firme. 

Piojó cuenta con tres corregimientos a saber: Hibácharo, El Cerrito y Agua Dulce. Posee las veredas de El Olivo, Lata, Astilleros y El Palomar. 

En Piojó, además de las fiestras patronales del 13 de Junio, en honor a San Antonio de Padua, se celebra los lunes de carnaval, el Reinado Intermunicipal de la Palma Amarga.

La palma amarga es el arbol insigne de este municipio, el único del Atlántico donde se puede cultivar. 

 

 

ESTA PÁGINA SE COMIENZA A EDITAR EN JUAN DE ACOSTA - ATLÁNTICO, REPUBLICA DE COLOMBIA, EL DÍA 13 DE JULIO DE 2007
BUSCAMOS LLEGAR A MUCHA GENTE DE LA QUE ESPERAMOS RETROALIMENTACIÓN POSITIVA
"UN GRANO NO HACE UN GRANERO PERO AYUDA A SU COMPAÑERO" anónimo
LA DIGNIDAD NO TIENE PRECIO
VALORES HUMANOS

LA HONESTIDAD

Es aquella cualidad humana por la que la persona se determina a elegir actuar siempre con base en la verdad y en la auténtica justicia (dando a cada quien lo que le corresponde, incluida ella misma).

Ser honesto es ser real, acorde con la evidencia que presenta el mundo y sus diversos fenómenos y elementos; es ser genuino, auténtico, objetivo. La honestidad expresa respeto por uno mismo y por los demás, que, como nosotros, "son como son" y no existe razón alguna para esconderlo. Esta actitud siembra confianza en uno mismo y en aquellos quienes están en contacto con la persona honesta.

La honestidad no consiste sólo en franqueza (capacidad de decir la verdad) sino en asumir que la verdad es sólo una y que no depende de personas o consensos sino de lo que el mundo real nos presenta como innegable e imprescindible de reconocer.

Lo que no es la honestidad:

- No es la simple honradez que lleva a la persona a respetar la distribución de los bienes materiales. La honradez es sólo una consecuencia particular de ser honestos y justos.

- No es el mero reconocimiento de las emociones "así me siento" o "es lo que verdaderamente siento". Ser honesto, además implica el análisis de qué tan reales (verdaderos) son nuestros sentimientos y decidirnos a ordenarlos buscando el bien de los demás y el propio.

- No es la desordenada apertura de la propia intimidad en aras de "no esconder quien realmente somos", implicará la verdadera sinceridad, con las personas adecuadas y en los momentos correctos.

- No es la actitud cínica e impúdica por la que se habla de cualquier cosa con cualquiera… la franqueza tiene como prioridad el reconocimiento de la verdad y no el desorden.

Hay que tomar la honestidad en serio, estar conscientes de cómo nos afecta cualquier falta de honestidad por pequeña que sea… Hay que reconocer que es una condición fundamental para las relaciones humanas, para la amistad y la auténtica vida comunitaria. Ser deshonesto es ser falso, injusto, impostado, ficticio. La deshonestidad no respeta a la persona en sí misma y busca la sombra, el encubrimiento: es una disposición a vivir en la oscuridad. La honestidad, en cambio, tiñe la vida de confianza, sinceridad y apertura, y expresa la disposición de vivir a la luz, la luz de la verdad.

 
Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis